lunes, 25 de abril de 2011

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Hombre de Ciencia Vs Hombre de Fe

A raiz del dia de hoy, y de la semana que acabamos de pasar, he encontrado interesante el siguiente artículo sobre la neuroteología, la ciencia que estudia la fe y la religión y lo explica a raiz de bases neuronales del cerebro.
La neuroteología, como se ha denominado la nueva ciencia, está desentrañando las redes preensambladas del cerebro, que evolucionó en en una sabana africana y acabó tomando derroteros que le llevaron creer en el más allá, la vida eterna y la redención.
El peliagudo asunto ha sido desmenuzado por el catedrático de Fisiología humana Francisco Mora, en su último libro, "El Dios de cada uno" (alianza Editorial) donde recuerda que la idea de un ser supremo, único y universal, es muy reciente, apenas 5000 años, aunque el cerebro del Homo sapiens, en su configuración actual se calcula que tiene mas de 15000 años.
Según este autor, la religiosidad tiene unos 100.000 años, y está en patrones neuronales que debieron tener en la evolución humana un valor para la supervivencia. Nació cuando un individuo se encontró con un cerebro complejo que le permitía ser consciente de fuerzas naturales que no podía dominar.
Al parecer señala el autor, que un componente básico de toda experiencia religiosa reside en el sistema límbico o emocional, en concreto en la corteza prefrontal ventromedial.
"La fe, es un fuego emocional que puede distorsionar la realidad, un sentimiento puramente humano, que se puede tener, pero también se peude perder, la religión sería como la medicina contra la angustia y la desesperación, cumpliendo la ley sagrada de la supervivencia que surgió hace 600 millones de años", argumenta. De hecho, se ha demostrado científicamente que el rezo y la fe son muy útiles para aliviar enfermedades; la idea protectora de un dios, pruduce una fuerte reacción en el sistema nervioso autónomo parasimpático e inhibe el simpático que causa enfermedad.
Hoy por hoy, estudios experimentales demuestran que los pensamientos religiosos reducen el chismorreo sobre los demás y potencian el altruismo hacia los desconocidos. En definitiva, inducen a la sociabilidad sirviendo de ejemplo el reunirse en estas épocas ya sea llevando un paso de más de 1000 kilos,u otros ritos o ceremonias...
Desde esta ciencia, se hipotetiza sobre las enfermedades neuronales de Abraham, que a sus 77 años oyó a Dios en una montaña. pudiendo sufrir una demencia frontotemporal asimétrica con alucinaciones auditivas, o Moisés, que al no comer en 40 dias pudo entrar en en un deliricio alucinatorio agudo al no alimentarse, provocando que los neurotransmisores del cerebro entren en estado de deliriio.
Incluso el mismo San Pablo, la luz que vió y las voces que oyó llevan a los neurólogos a pensar que podía sufrir de epilepsia.. y así un sinfín de santos y profetas, concluyendo el autor, que los dioses y la religiosidad están en el cerebro, la única alma posible.

Con este artículo lo último que quisiera es ofender al lector o ser subjetivo,en ningún momento presto mi opinión respecto al tema, únicamente me he limitado en resumir y explicar el artículo al parecerme interesante por el entramado que conlleva, y lo que nos concierne este tema a los psicólogos y profesionales de la ciencia y la salud.


Un saludo:

Edu Espinar, (4ª de psicología, administrador)

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2 comentarios:

Psicología UHU dijo...

Gran aportación, sí señor (y gran título).

Adri.

Anónimo dijo...

Super interesante Edu, buena tematica y muy acorde con la semana pasada por agua que acabamos de pasar...!


el anonimato esta sobrevalorado: autoestianonima

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