La serotonina que activa los músculos puede convertirse también en un freno, una medida de seguridad que el cerebro pone en marcha para evitar que se vuelvan hiperactivos.
Jean-François Perrier (que ha encabezado esta nueva investigación), del Departamento de Neurociencia y farmacología de la Universidad de Copenhague, cree que, a largo plazo, este hallazgo de su grupo pueda utilizarse para desarrollar fármacos contra la espasticidad, o rigidez muscular, y la parálisis cerebral. Además, permitirá también saber más acerca de los efectos de los antidepresivos, así como permitirá dar un paso más en la lucha contra el dopaje.
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Un saludo,
Adrián Infante Dionisio
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