Un estudio llevado a cabo por psicólogos de la Universidad de Leicester (Reino Unido), concluye que los niños pueden presentar diferentes problemas emocionales y conductuales en función de cómo interpreten los conflictos que surgen entre sus padres.
La investigación, financiada por el Consejo de Investigación Económica y Social (Economic and Social Research Council) de Reino Unido, se realizó con el objetivo de entender por qué las discusiones familiares impactan negativamente en unos jóvenes y en otros no.
Los datos, revelaron que los niños tenían más probabilidad de presentar problemas de conducta cuando se atribuían a sí mismos la culpa de las discusiones entre sus progenitores. Si, además, se sentían amenazados por los conflictos familiares o anticipaban una posible ruptura conyugal, el riesgo de desarrollar problemas emocionales era mayor.
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Un saludo,
Adrián Infante Dionisio
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