En la investigación participaron 491 fumadores que acudieron a clínicas del sistema sanitario inglés de asistencia para dejar de fumar. Al comienzo del estudio se evaluó el nivel de ansiedad de cada participante. Seis meses después, se constató una reducción en la ansiedad de los que habían abandonado el hábito, especialmente entre aquellos que no fumaban solo por placer sino para ayudarse a afrontar ciertas situaciones.
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Un saludo,
Adrián Infante Dionisio
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