Su estudio en ratones, que publica Nature Neuroscience, ha revelado que el consumo excesivo de alcohol reconecta los circuitos del cerebro, haciendo más difícil que los alcohólicos se recuperen psicológicamente después de una experiencia traumática.
Comprender la relación entre el alcohol y la ansiedad a nivel molecular podría ofrecer nuevas posibilidades para el desarrollo de fármacos que ayuden a los pacientes con trastornos de ansiedad que también tienen una historia de consumo excesivo de alcohol.
La noticia completa, aquí.
Un saludo,
Adrián Infante Dionisio
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