El nematodo Caenorhabditis elegans, un diminuto gusano de un milímetro de largo, es el animal que unos investigadores de EEUU están utilizando para rastrear las diferencias genéticas entre individuos y a partir ahí analizar la complejidad del comportamiento humano en el debate entre herencia y ambiente.
La profesora Cori Bargmann de la Universidad Rockefeller de Nueva York, que forma parte de este grupo, explica que están rastreando las diferencias genéticas entre individuos normales de esta especie que hacen que actúen de manera diferente en distinto tipo de decisiones.
Los resultados del trabajo de este equipo norteamericano sugieren que la variación genética y ambiental que afecta al comportamiento converge en las mismas partes del cerebro, en la frontera entre el mundo externo y los estados motivacionales internos.
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Un saludo,
Adrián Infante Dionisio
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